lunes, 13 de junio de 2011

En lo alto del cielo vive una pequeña estrella que cada noche brilla con tal intensidad que las estrellas de su alrededor parecen insignificantes y los luceros bailan a su alrededor intentando llamar su atención.
Una de las noches la estrella no brillaba si no que por sus puntas caían dulces lágrimas para regocijo de las demás estrellas y pena de los luceros enamorados de ella. La Luna atenta a todo lo que ocurría y que le tenía un cariño especial a la pequeña estrella, le pregunto porque se había apagado de repente. 
La estrella entre llantos le contó a la Luna que desde hacía tiempo su brillo lo dedicaba a un joven del que vivía enamorada para que cada noche el se fijara en ella y poder iluminarle cada paso que daba. Pero ya no podía brillar más porque al joven se lo había llevado la muerte al enterarse del amor que sentían ambos.
La Luna conmovida por la historia de la pequeña estrella alargo uno de sus blancos brazos hacía donde vagaba el espíritu del joven y con su rayo le dio luz y forma elevándolo al cielo junto a la estrella, para que así ambos pudieran pasar la eternidad el uno junto al otro.

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