En ese instante pensé que te habías paralizado por el miedo y cuando me vieras cerca del suelo por fin tus manos acudirían a ayudarme, pero no fue asi.
Llegue al fondo después de una caída interminable en la que solo podía ver tu rostro indiferente observándome mientras caía. Llegue al fondo aun con la esperanza de que tus brazos recogieran los restos de mi alma pero no, te diste la vuelta al verme al fin destrozada.
Y ahora estoy aquí tirada con el alma echa pedazos a mis pies y aun después de todo, sigo creyendo que volverás.
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